Saber gestionar las emociones nos puede ayudar muchísimo para vivir una vida con mayor coherencia y satisfacción. Lo primero que tenemos que tener en cuenta a la hora de cómo gestionar las emociones, es que esto no significa «no sentirlas» o hacer algo para dejar de “notarlas”.
En las sesiones de terapia muchas veces escucho de mis pacientes frases cómo: “no quiero que me afecten las cosas” ,“no quiero sentirme así”, “debería sentirme de otra forma”.
Si intentamos controlar las emociones o reprimirlas, tarde o temprano estas van a salir de algún modo. Con reacciones desproporcionadas, dolores físicos, conductas desadaptativas, etc. Así que no queramos controlarnos como si fuésemos robots, ya que nos estaríamos deshumanizando. Como seres humanos que somos, y por nuestra condición, somos seres emocionales, sensibles y vulnerables por naturaleza, solo que tenemos que aprender a manejar, transitar y convivir con todos nuestros sentimientos para vivir de una forma más plena.
La gestión emocional: claves y ejercicios
La gestión emocional, es decir, el saber gestionar nuestras emociones no significa evitar sentir o suprimir aquello que nos pasa, sino aprender a reconocer y entender cada emoción para actuar desde la consciencia y el bienestar. A continuación os comparto cinco “claves” que nos pueden ayudar a lograrlo:
IDENTIFICAR LAS EMOCIONES
El primer paso para gestionar nuestras emociones es aprender a identificarlas. ¿Qué sentimos realmente? A veces, las emociones pueden mezclarse o ser difíciles de nombrar, pero tomarnos el tiempo para escuchar nuestro cuerpo y nuestros pensamientos nos ayuda a reconocer si estamos tristes, ansiosos, enfadados, o cualquier otro estado emocional. Nombrar nuestras emociones nos da poder sobre ellas y nos permite empezar a abordarlas.
VALIDAR Y ACEPTAR LO QUE SIENTES
Todas las emociones tienen un sentido y un propósito; no existen emociones “buenas” o “malas”. Validar lo que sentimos implica reconocer que nuestras emociones son válidas y que forman parte de nuestra experiencia humana. Al aceptar nuestras emociones sin juzgarlas, podemos abrir un espacio de comprensión y compasión hacia nosotras mismas.
ENTENDER EL MENSAJE DE CADA EMOCIÓN
Cada emoción nos está contando algo importante sobre nuestras necesidades o nuestros límites. La tristeza puede señalarnos una pérdida o un deseo insatisfecho; la ira, una situación injusta. Reflexionar sobre el mensaje detrás de nuestras emociones nos permite entender mejor qué necesitamos y tomar decisiones que nos ayuden a satisfacer esas necesidades.
GESTIONAR LA INTENSIDAD DE LAS EMOCIONES
En momentos de emociones intensas, una técnica útil es practicar la respiración profunda y progresiva para volver a un estado de calma. No se trata de eliminar lo que sentimos, sino de reducir la intensidad para que la emoción no nos desborde.
EXPRESAR Y CANALIZAR LAS EMOCIONES DE FORMA SALUDABLE
Por último, encontrar una forma saludable de expresar lo que sentimos es fundamental. Hablar con una persona de confianza, escribir en un diario, o incluso expresar a través del arte puede ser una salida valiosa. Expresar nuestras emociones de manera constructiva nos permite liberar y procesar lo que sentimos, evitando que se acumulen y generen malestar.
Para finalizar este artículo, dejo tres “ejercicios” prácticos y sencillos que pueden ayudarte a gestionar las emociones y que puedes incorporar en el día a día para mejorar el bienestar emocional:
- DIARIO EMOCIONAL: Este ejercicio es ideal para conectar con lo que sientes y darle un espacio para expresarse. Llevar un diario emocional implica escribir, cada día o cuando sientas algo intenso, acerca de tus emociones. Al escribir, no solo logras una mayor claridad sobre tus emociones, sino que también alivias la carga emocional al sacarla de tu mente. Recuerda, no hace falta escribir perfecto; lo importante es expresar sin juzgar.
- TÉCNICA DE RESPIRACIÓN 4-7-8: La respiración consciente es una herramienta poderosa para regular emociones intensas como la ansiedad o el estrés. Esta técnica consiste en inhalar por 4 segundos, mantener la respiración durante 7 segundos y luego exhalar suavemente por 8 segundos. Hazlo de manera repetida, unas cinco veces, y notarás cómo tu cuerpo empieza a relajarse.
- VISUALIZACIÓN DE UN LUGAR SEGURO: La visualización es una forma efectiva de reducir la intensidad emocional y encontrar calma en momentos difíciles. Cierra los ojos e imagina un lugar en el que te sientas completamente seguro y tranquilo. Puede ser un lugar real o imaginario, lo importante es que te haga sentir paz. Observa todos los detalles: colores, sonidos, olores, etc. Respira mientras te visualizas en ese lugar, permitiendo que esa sensación de seguridad te envuelva.
Como conclusión, hoy quiero recordarte que está bien sentir lo que sientes. Transitar y atravesar tus emociones es la mejor manera de poder gestionarlas. Así que, date derecho a sentir y a permitir tu vulnerabilidad, ya que esto te hará verte mucho más libre y en armonía con la vida.

